Santiago. – La Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Santiago celebró por todo lo alto, “Arte y Cultura para la Inclusión”, una actividad sin precedentes, dirigida a los envejecientes del Hospicio San Vicente de Paul, una iniciativa del alcalde Abel Martínez, que hizo vibrar de grandes emociones a los internos de la legendaria institución santiaguera.
Bajo el lema, Crear, Vivir y Sentir, las y los octogenarios de la mencionada casa de albergue, tuvieron la oportunidad de cantar, bailar, pintar, declamar y de exponer todo cuanto se les ocurrió durante la mañana del pasado sábado, además jugaron dominó, teniendo como escenario el parque Ercilia Pepín, uno de los parques tradicionales de Santiago, remozado en la presente gestión.
La doctora Yanilsa Cruz, directora de Cultura del cabildo, sirvió de anfitriona del encuentro y expresó palabras llenas de emoción y amor, motivada por el importante encuentro que se prolongó por varias horas, llevando un mensaje especial del alcalde Abel Martínez, quien le instruyó para que congregara a los viejitos y viejitas, para que pudieran disfrutar de un acto lleno de amor y cariño.
Nuestro alcalde Abel Martínez, le envía un abrazo a cada uno de ustedes, ya en otras ocasiones ha compartido otros momentos de calidad con muchos de ustedes cuando los recibió en la Alcaldía, allí pudo abrazarlos y compartir saludos cercanos, ya que él los ama y siempre los tiene muy presentes”, dijo la gestora cultural.
La funcionaria municipal, agradeció la oportunidad que le dio el hogar de asilo, dio al cabildo local, de poder llevar una sana actividad en favor de los envejecientes y aprovechó para felicitar al Hospicio San Vicente de Paul, con motivo de sus cien años de servicio, entidad fundada en el año 1923.
Mientras Sor María Cecilia Sarmientos, coordinadora del centro, agradeció al alcalde Abel Martínez, por tener presentes a los envejecientes y llevarles varias horas de alegría y sana diversión, una muestra de su amor por Santiago, especialmente por las personas que muchas veces necesitan amor y cariño. El encuentro inició a las diez de la mañana del sábado y se prolongó por varias horas